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Evaluación de Software EducativoPropósitoUna de las tareas de alta responsabilidad a la que se ven abocadas las autoridades educacionales, es la de tomar decisiones en materia de computarización del sistema que dirigen. El proceso de computarización es inevitable en América Latina, si se desea comenzar a solucionar algunos de los serios problemas de nuestros sistemas educativos. Con mucha frecuencia las autoridades políticas creen que al instalar computadoras en los institutos de enseñanza se ha resuelto el problema (y eso se refleja en los presupuestos autorizados). La realidad es muy distinta: la computadora es un instrumento de interacción, pero el progreso cognitivo de los estudiantes, en lo relacionado a la utilización de la misma, depende en gran medida de la calidad de los programas educativos computarizados (en lo que sigue: software educativo) que se almacenen en la computadora. La evaluación de software educativo es una tarea delicada, que requiere dedicación y especialización, y sería natural que, a nivel nacional, se crease un instituto especializado, cuyos informes fuesen accesibles a todas las autoridades educacionales que los requiriesen. Mientras eso no suceda, las autoridades locales, y cada organización interesada, tendrán que hacer un esfuerzo para seleccionar los títulos de software educativo que les resulten más promisorios. La situación se complica, primero, porque la mayor parte de esos programas educativos es desarrollada en el exterior y hay que verificar la compatibilidad con el currículo y la cultura locales y, segundo, porque en la mayor parte de los casos no hay evidencia científica de su valor educativo. Este seminario tiene por finalidad ayudar a las autoridades que han comprendido la importancia de la evaluación del software educativo, estableciendo normas de evaluación y destacando los diferentes aspectos a ser tenidos en cuenta en el proceso de selección. Al establecer un proceso objetivamente definido de evaluación, deseamos eliminar evaluaciones subjetivas, que reflejan solamente las opiniones, gustos y estado de ánimo del evaluador, y generar informes que puedan ser analizados y discutidos en forma racional. Vale la pena hacer notar que nos referiremos sólo a lo que se denomina software educativo, y no a sistemas de autoría de software educativo, ni a sistemas de presentación. |